Flexibilidad Psicológica - Habilidad Estar Presente

Estar Presente: Habilidad de la Flexibilidad Psicológica

¡Vive el presente!, es una frase que últimamente escuchamos con frecuencia. Parece un mandato de moda que dará solución a todos tus males. Pero, ¿es realmente así?; ¿qué significar “vivir el presente”?; ¿cómo se vive en el presente?

Para responder estas preguntas déjame que antes te hable de algo muy importante que tú tienes, que yo también tengo, y que todo ser humano tiene: la Mente o “la Mente Pensante”. Podemos decir que es la “voz que habla” en nuestra cabeza; si no sabes a que me refiero, te propongo este sencillo experimento:

Cierra los ojos y quédate quieta/o unos 20 segundos… adelante.

¿Qué ha sucedido? Casi seguro tu mente ha estado diciendo cosas como: “pues no está pasando nada” o “qué ejercicio tan absurdo” o “¿han pasado ya los 20 segundos”? O cualquier otra frase/pensamiento.

Sigamos con el experimento. Te voy a pedir que vuelvas a cerrar los ojos durante otros 20 segundos, pero esta vez intenta que la voz se calle, o lo que es lo mismo, trata de no tener ningún pensamiento…20 segundos sin pensar… adelante.

¿Qué tal ha ido?, ¿algún pensamiento? Ojo,“no estoy pensando nada” ya es un pensamiento; “lo estoy logrando” ya es un pensamiento; “tengo la mente en blanco” ya es un pensamiento. Muy probablemente, haya aparecido algún pensamiento por tu mente. No podemos “apagar” la mente, no podemos dejar de tener pensamientos; sencillamente no podemos. Es como “una radio” que no tiene botón de apagado. Vivimos con una “máquina de generar pensamientos”.

¿Y qué tiene que ver esto con “estar presente”? Te lo cuento: estar presente significa tener la atención puesta en lo que está sucediendo en este preciso momento, de manera amplia. Es decir, atenta/o a lo que estás haciendo y atenta/o a las respuestas de tu cuerpo. Por ejemplo, en este momento sería que estuvieses atenta/o al texto que estás leyendo a la vez que a las sensaciones que tienes en el cuerpo (te podrías dar cuenta si tienes una mala postura corporal). Otro ejemplo: si estás paseando por el bosque, estar presente significa tener la atención puesta en lo que ves (árboles, plantas, el cielo, la tierra, los colores, etc), lo que oyes (el sonido de los pájaros, de tus pasos, de la brisa que mueve las hojas, etc) , lo que hueles, lo que sientes en tu piel, incluso en los pensamientos que surgen, sin quedarte enredada/o en ellos.

Esta capacidad de “estar presente” no solemos mantenerla de manera prolongada, porque la atención a menudo se enreda con la “mente pensante”, con “la radio” de la que te hablaba. Es decir, mientras paseas por un parque, tu mente está charlando haciendo la lista de la compra, o repasando una conversación que tuviste ayer, o planificando la semana. ¿El resultado? El parque ha desaparecido de tu atención; los olores, el canto de los pájaros, los colores, la brisa que acaricia tu cara quedan en un segundo o tercer plano… La realidad pierde matices, porque tu atención no está ahí, está con la mente pensante, es decir, estás rumiando. En este modo, pierdes nitidez, pierdes presencia, pierdes disfrute.

Hay más consecuencias de no estar en el presente: además de disminución de la memoria, también tienen que ver con una mayor dificultad de regulación emocional, así como mayor estrés, ansiedad, tristeza, sensación de vacío, entre otras emociones difíciles. ¿Sabes por qué? Te lo explico con otro experimento.

Durante los próximos 20 segundos imagínate algún alimento que te de mucho asco, o algo que te de mucho asco. Imagínalo con todos los detalles que puedas…20 segundo, sólo 20 segundos…. Hazlo, de veras, no leas lo que viene a continuación si no lo estás haciendo… adelante.

¿Qué le ha pasado a tu cuerpo? ¿Ha experimentado cambios? ¿O has sido incapaz de hacer el experimento por el asco que te despertaba y que no querías notar? Seguro que han sucedido cosas en tu cuerpo; habrás notado sensaciones en el estómago, en la boca, en la garganta, etc… ¡sólo con el pensamiento! Nuestros pensamientos tienen un efecto en nuestro cuerpo, lo alteran. Si de manera prolongada vivimos “ rumiando”o fantaseando acerca de lo que no fue bien o de lo que puede ir mal, nuestro cuerpo reacciona a ello con: estrés, ansiedad, tristeza, enfado, asco, etc.

¿Esto significa que es malo planificar o recordar? Claro que no; no sólo no es malo sino que además es necesario. Necesitamos la capacidad de anticiparnos (ir al futuro) para poder planificar. También la capacidad de recordar (ir al pasado) para poder analizar y mejorar cosas. Sin ello la vida sería un caos. Todos los avances a nivel científico, tecnológico, empresarial necesitan de estos dos movimientos: revisar y aprender del pasado, y anticipar para planificar y mejorar el futuro.

Pero es importante aprender a discriminar cuándo puedes dejar de anticipar y de recordar. Por ejemplo, si estás tomando un baño en la playa ¿es útil estar repasando la última discusión con tu compañera? Si estás pasando un buen rato en familia ¿es útil planificarte el trabajo de mañana? Si estás practicando deporte ¿es útil anticipar los gastos que tendrás a final de mes? Probablemente la respuestas sea no. No es útil en esos momentos.

Por ello, practicar la habilidad de estar en el presente, o dicho de otro modo, entrenar tu atención para que no se “enrede” en los pensamientos que no son útiles, es una de las 3 habilidades de la Flexibilidad Psicológica.

Si quieres empezar a practicar desde ya, te propongo un ejercicio. Escoge una actividad de tu vida cotidiana: ducharte, comer, pasear a tu mascota, regar las plantas, hacer la cama, vestirte, limpiar… o cualquier otra. Y durante esta actividad pon tu atención en el presente atendiendo a tus sentidos. Por ejemplo, si escoges la actividad de la ducha, mientras te estás duchando atenderías al sonido del agua, la sensación de tu piel en contacto con el agua, las sensaciones de tu cuerpo en contacto con tus manos, con el jabón, el olor, el ritmo de tu propia respiración, etc. Cuando notes que tu atención se ha ido a tus pensamientos, con “cariño” tráela de vuelta a “notar” lo que estás haciendo. Un aviso, no se trata de decirte mentalmente lo que estás haciendo, sino de notar, de sentir, de tomar consciencia de lo que está sucediendo.

Y, si te ha interesado el artículo, “presta atención” al siguiente artículo donde te explicaré más ejercicios.

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